sábado, 12 de diciembre de 2009

EL TRISTE ESTALLIDO DEL AVANCE HUMANO

Sé que no soy muy dado a hacer artículos, pero me veo en la obligación de dar mi opinión sobre este tema que tanto me ha sorprendido.

El otro día estaba comentándole a un amigo sobre la energía nuclear (Por si no lo sabéis, soy estudiante de ingeniería industrial especializada en electricidad). Le estuve comentando que (según mi parecer) la energía nuclear es el futuro, pero no mediante su actual forma de aprovechamiento (la fisión) sino mediante el uso de la fusión nuclear. El problema de este proceso es que es tan altamente potente y lleno de energía que aun el ser humano no dispone de la tecnología suficiente como para controlarlo. Pero claro, la mente humana (que es una maravillosa maquina de ideas en lo que respecta a fastidiar el mundo) ha sabido aprovechar este proceso incontrolable para hacer algo que tanto nos gusta: bombas termonucleares. La cuestión es que tras contarle esto a mi amigo me pico la curiosidad de siempre y me puse a hacer un pequeño trabajo de investigación sobre estas bombas y hasta donde había llegado el saber humano en este terrible campo de la tecnología.

Para empezar encontré algo curioso. Estados Unidos realizó en la década de los cincuenta pruebas nucleares en el archipiélago de las Islas Marshall. Entre las pruebas realizadas se puso en práctica una bomba de fusión de hidrógeno.
Esta prueba se llevo a cabo el 28 de febrero de 1954 en el atolón de Bikini. Los resultados fueron extremadamente sorprendentes. Al contrario que las bombas por fusión de uranio o plutonio, las bombas de hidrógeno no provocaban lluvia radioactiva pero su poder destructivo era mucho mayor. Se trato de una fusión termonuclear de 15 megatones de potencia… para que os hagáis una idea, el equivalente a mas de 1100 veces el potencial de Hiroshima. En el instante de la explosión, la temperatura subió a varios millones de grados centígrados y en un radio de 20 kilómetros la temperatura ascendió hasta los 5000 grados. Debido a estas altas temperaturas, la arena de las playas del atolón quedó totalmente cristalizada. Vientos de mas de 500 Km./h destruían todo a su paso en un radio de 100 kilómetros.

Yo creía que mi hallazgo terminaba ahí… Pero no fue así. Más tarde me enteré de que la URSS., en un intento por no quedarse atrás en esta reputada tecnología, creó la bomba denominada como: “Царь-бомба, Tsar Bomba” (la bomba Zar). También por fusión.

Sinceramente, sus datos y características me asustaron. Según leía más sobre este ensayo nuclear, más me asustaba.

Esta bomba de fusión fue detonada el 30 de octubre de 1961 como demostración, a 4 km de altitud sobre Nueva Zembla, un archipiélago ruso situado en el Océano Ártico. Aunque en un principio fue creada para que produjese una explosión de 100 Megatones (una señora burrada) fue reconfigurada para que solo produjese la mitad, por motivos científicos y ecológicos. Además, tampoco importaba mucho la potencia obtenida en la explosión, ya que lo realmente importante era superar la marca puesta por Estados Unidos (los 15 megatones de la bomba de fusión norteamericana). Esta bomba no era práctica para su uso real, y fue creada principalmente con motivos de investigación científica y propagandística debido a la intensa rivalidad existente en la Guerra Fría.

Bueno… aquí vienen los datos que me han puesto los bellos de punta…

Esta bomba soviética, el zar de las bombas, mostró el autentico poder de la energía nuclear. Cuando la bomba detonó, inmediatamente la temperatura directamente debajo y alrededor de la detonación se habría elevado millones de grados. La presión bajo la explosión fue de 211.000 kilos por metro cuadrado (20,7 bares). La energía luminosa fue tan poderosa que pudo ser vista incluso a una distancia de 1000 km, con cielo nublado. La onda de choque fue lo bastante potente como para romper vidrios gruesos incluso a más de 900 km de la explosión, y fue grabada girando alrededor de la Tierra tres veces. La nube de hongo producida por la explosión se elevó a una altitud de 64.000 metros antes de nivelarse. La energía térmica fue tan grande que podría haber causado quemaduras de tercer grado a un humano que se encontrara a 100 km de la explosión. Las ondas sísmicas producidas fueron medidas alrededor de todo el planeta. La potencia de la Zar fue 3.800 veces más poderosa que la de “Little Boy”, la bomba detonada en Hiroshima.


REFLEXIÓN

Ahora llega el momento de pararnos un momento y razonar lo leído, el momento de la conclusión. ¿Somos conscientes del poder que puede llegar a controlar el ser humano? Es impresionante el poder destructivo que puede llegar a desarrollar la humanidad por el mero fin de superioridad. Es asombroso hasta donde puede llegar la ambición y el afán de gloria del ser humano. Hoy, más seguro que nunca, puedo afirmar con toda seguridad que Thomas Hobbes no se equivocaba cuando citaba las palabras del comediógrafo latino Tito Marcio Plauto: "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit." (Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro). Y realmente es así, el hombre es el lobo del hombre y si en las páginas del destino está escrita la destrucción de la humanidad, esta claro que esta solo puede llegar de la mano del propio ser humano. Es increíble el inmenso poder que el ser humano puede llegar a aglutinar en sus manos, pero aun más increíble es el uso que se le ocurre darle. Podría seguir contando y filosofando sobre esto, pero… prefiero que sea el lector quien opine y saque sus conclusiones sobre la lectura. En lo que a mi respecta, me parece increíble que el ser humano duerma tranquilo ignorante a todo esto. Quizás sea mejor así…

(Antes de irme del todo a dormir... Me gustaria que dejaseis vuestra opinión sobre el tema y comentaseis la entrada. Para ello he configurado el blog de forma que cualquiera, tenga cuenta o no en blog, pueda comentar aunque sea en "Anónimo". Gracias)

1 comentario:

Bks dijo...

Todo se reduce a una palabra animal … seguimos siendo simplemente animales. Con inteligencia, más en el fondo seguimos teniendo en lo más profundo de nosotros un animal.
Somos capaces de hacer lo imposible con tal de demostrar que somos más fuertes que nuestros enemigos.
Los seres humanos somos la única especie que llega a un hábitat, se reproducen hasta que ya gastan todos los recursos y se marchan a otro hábitat. En realidad existe un organismo que hace lo mismo sin ninguna variante y es un virus, a nosotros mismo nos empezamos a considerar un virus en realidad y si ocurre eso, será por algo. Aunque somos mucho peor que un virus, ya que aparte de destruir lo que hay alrededor nuestro, podemos llegar a destruirnos a nosotros mismo, dándose como verdad lo que dices en tu reflexión:

“Y realmente es así, el hombre es el lobo del hombre y si en las páginas del destino está escrita la destrucción de la humanidad, esta claro que esta solo puede llegar de la
mano del propio ser humano.”
(http://jehgab.blogspot.com/2009/12/el-triste-estallido-del-avance-humano.html)

Pero a mi entender, todo se reduce a la sociedad en la que se vive. Vivimos en un capitalismo lo cual conlleva una competitividad, esto lleva a la estúpida soberbia, al egocentrismo y a la atrayente y constante comparación con los demás. Dando lugar a una desmesurada competitividad.
Resumiendo, el ser humano por naturaleza puede llegar a ser comunista, avaricioso pero también cooperativo y solidario. Todo depende de las reglas sociales y del entorno en el que se viva. En el capitalismo prevalece lo primero, aunque podría llegar el momento en el que todo se torne al fantástico sueño de la bondad innata… es una gran deseo.