domingo, 24 de julio de 2011

Tu esencia

Tu colonia puede ser
estandarte de cualquiera,
pero tu esencia
es solo mía...
Vestirme con ella quisiera.

martes, 19 de julio de 2011

Fragmento 3

     Levantó las manos como si estuviera dirigiendo, y una luna, o un astro pálido por el estilo, salió en alguna parte; por encima de la barandilla extendí la vista sobre inmensos abismos espaciales, nubes y nieblas cruzaron por ellos, levemente se divisaban los montes y las playas; debajo de nosotros se extendía inmensa una llanura semejante al desierto. En esta llanura vimos a un anciano de aspecto venerables con larga barba, el cual, con cara de melancolía, iba conduciendo una enorme procesión de varias decenas de millares de hombres vestidos de negro. Parecía preocupado y sin esperanza, Mozart dijo:

-Vea usted: ese es Brahms. Va en pos de la salvación, pero aún le queda un buen rato. Supe que los millares de enlutados eran todos los artistas de las voces y notas puestas de más en sus partituras, según el juicio divino.

-Excesiva instrumentación, desmesurado material desperdiciado -asintió Mozart.

     E inmediatamente vimos caminar a la cabeza de otro ejército tan grande a Wagner, y sentimos cómo los millares de taciturnos acompañantes lo  abrumaban; cansino y con resignado andar, lo vimos arrastrarse a él también.

-En mi juventud -observé con tristeza- pasaban estos dos músicos por lo más antitético imaginable.

     Mozart se puso a reír.

-Sí, eso ocurre siempre. Vistos desde alguna distancia, suelen ir pareciéndose cada vez más estos contrastes. Por otra parte, la excesiva instrumentación no fue defecto personal de Wagner y de Brahms, fue defecto de su tiempo.

-¿Cómo? ¿Y por él deben de hacer una penitencia tan grande? -Exclamé en tono de imputación.

-Claro que sí. Son los trámites. Solo cuando hayan lavado la culpa de su tiempo, se demostrará si queda algo personal todavía que valga la pena hacer balance.

-¡Pero ninguno de los dos tiene la culpa!

-Claro que no. Tampoco tiene usted la culpa de que Adán devorara la manzana, y, sin embargo, ha de purgarlo también.

-Pero eso es terrible.

-Ciertamente; la vida es siempre terrible. Nosotros no tenemos la culpa y somos responsables, sin embargo. Se nace y ya es uno culpable. Usted tiene que haber recibido una mediana enseñanza de Religión, si no sabe esto.


Der Steppenwolf

Hermann Hesse

sábado, 9 de julio de 2011

Batallas

En mi regreso me gustaría hacer una reflexión. Me gustaría hablar sobre las batallas de la vida.

En la vida podemos encontrar dos tipos de batallas: las pequeñas y las grandes. 

Las pequeñas son tan cotidianas como diversas, aparecen todos los días o al menos a menudo. Nuestra vida estará infinitamente plagada de ellas. Con constancia, ayuda y apoyo podremos salir de ellas. Necesitamos ser pacientes y saber trabajar con esfuerzo y perseverancia para solucionarlas. Una batalla pequeña no exige un gran esfuerzo, pero la continuación y sucesión de pequeñas batallas conlleva el requerimiento de una fuerte constancia. No obstante el desgaste que nos puede causar puede ser un gran problema, ya que nos puede convertir la batalla en todo un mundo. El cansancio es una de las grandes lacras en estos casos.

Las grandes batallas, son ellas que normalmente surgen en intervalos mayores de tiempo. El hecho de que salga mal puede traer consecuencias devastadoras y si sale bien la consideraremos todo un triunfo de los importantes. Son batallas donde es necesario tener mucha cabeza y saber afrontar las cosas como Dios manda. A veces se nos hacen eternas y otras muy dramáticas, otras veces ambas.  Su resolución es de vital importancia para nuestra estabilidad y tranquilidad mental. 

En ambas requerimos de un apoyo externo: familia, pareja, amigos, compañeros... Quizá para las que mas plazas se ofertan es para la de grandes batallas. Los grandes amigos, los amigos, la familia y tu pareja, todos, se ofertan a estar ahí cuando realmente lo estés pasando putas. Y agradecerás su apoyo. Es cierto que tiene mérito que te apoyen de higo a breva en problemas duros, pero... ¿No sería más útil que te apoyasen en los problemas constantes y nimios que pueden dinamitar nuestra paciencia y nuestra estabilidad de forma muy radical a la larga? Esta es una labor que evidentemente no se le puede encargar a amigos, de esto se tiene que hacer cargo la familia y tu pareja. De ellos no esperas menos que el hecho de que estén siempre ahí, su labor es apoyarte siempre y hacerlo lo mejor posible. Hay que saber estar diariamente ahí, apoyando. Si no es así, si no ayudamos en el día a día, si solo ayudamos en circunstancias puntuales, ¿qué merito tiene sacrificarte por una persona un breve tiempo en un periodo bastante largo? El verdadero merito reside en el apoyo constante.

A fin de cuentas, esto viene a que desde hace dos meses yo vengo lidiando con una infinidad de batallas pequeñas. Gracias a Dios, o a la gente que me rodea, no he estado solo. Han sido días difíciles, días de preparar exámenes, de estudiar hasta las tantas, días en los que uno pierde la fe, las ganas, la constancia... Pero por suerte todos los días tenía a gente que me apoyaba de cerca. Desde aquí quiero agradecer de corazón, de todo corazón, el apoyo dado a esas personas que siempre confiaron en mi y que nunca me dejaron tirar la toalla: Elias, Domi, Rafa, Roberto, Diego, mi hermana... Son personas a las que le agradezco todo el apoyo que me han dado en estos días, en estas continuas pequeñas batallas que han sido los exámenes. Mención a parte merecen también Diego y Roberto, que además de apoyarme en el campo académico, se han tenido que tragar muchas ralladas mentales mías y problemas sentimentales, y más que se van a tener que seguir tragando. En estas próximas semanas necesitare de su ayuda aunque ellos no lo sepan, porque voy a tener una batalla de las importantes. Espero contar con ellos. 

Bueno, me he puesto un poco emotivo, pero en fin. No podía irme sin dar las gracias a mis amigos y mis principales apoyos. Así que nada, gracias a todos, sois muy grandes y feliz verano a todos.

miércoles, 6 de julio de 2011

Regreso

Ante todo, quiero pedir perdón a todos los lectores y seguidores de mi blog. No obstante, el periodo de inactividad ha sido causado por una causa bien justa, los exámenes de junio.

Ha valido la pena... El año que viene estaré en el último curso de mi carrera.

Ya he vuelto y espero traeros entradas que os gusten.

Un saludo a todos.