domingo, 3 de junio de 2012

Vetusta Morla no olvida Lorca

Ha transcurrido ya más de un año, desde aquella trágica tarde del 11 de mayo, en la que el suelo tembló en Lorca. A día de hoy, hay aun muchísimo trabajo por hacer. Solares vacíos, en los que antes habían viviendas, pueblan la localidad murciana.  

Como todos deberíamos hacer, Vetusta Morla ha querido aportar su granito de arena con dos conciertos. Dos conciertos cuya recaudación será destinada al Conservatorio Narciso Yepes de Lorca. Estos dos conciertos no han sido un evento normal. La banda madrileña se ha visto muy bien acompañada por la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. Ambos, juntos, han ofrecido en el Auditorio Victor Villegas de Murcia un espectáculo totalmente único en el que se podía respirar, no solo música, sino una instrumentación, una delicadeza y una magia, que a su misma vez desprendía esperanza, últimamente un poco escasa (no solo en Murcia sino en toda España). El resultado fue una evento increíble que arrancaba así:



Mis dos favoritas:






Y hubo otras:








Me ha encantado también la canción de "Boca en la tierra", pero para mi desgracia no la he encontrado en una calidad aceptable.

Especial agradecimiento a todos aquellos que habéis subido vídeos como estos a Youtube.

Fuerza a todos los habitantes de Lorca. No os olvidamos.

lunes, 28 de mayo de 2012

Sin luz en la biblioteca de Coloma


"BIBLIOTECA SIN
SUMINISTRO ELÉCTRICO,
SOLO ABRIMOS DE
10:00 A 13:00"

Estamos en época de exámenes y uno se puede encontrar este amable cartel informativo en la puerta de la biblioteca de Coloma, en Jerez de la Frontera. Este folio improvisado en el que se nos cuenta el dilema por el cual no abren lleva colocado desde invierno.

Planteo una serie de preguntas: ¿Tanto cuesta la factura de una biblioteca de menos de 200 metros cuadrados como es este caso? ¿No hay la misma cantidad de luz solar (ahora en verano) de 10 a 13 que de 17 a 20?



martes, 20 de marzo de 2012

El jilguero

Había una vez un joven, fiel amante de la naturaleza y sus encantos. Un día, saliendo de su casa, notó como de en un vecino árbol a su puerta salía un canto maravilloso. Un jilguero, con un canto como nunca había escuchado antes, prodigaba su habilidad musical por todo el entorno. El joven quedó fascinado y se sentó a oírlo.  Minutos más tarde, el jilguero, asustado por la presencia de un perro bastante ruidoso se marchó y el joven quedó vacío. Pensó:

-Ojala pudiera tenerlo siempre conmigo. Si fuese así, podría deleitarme con el cada momento del día.

Lo cierto es que el jilguero quedó igualmente fascinado con el joven. Jamás había visto a nadie atenderle con semejante entusiasmo y con una mirada tan ilusionada y perpleja. Aquella mirada mostraba tal admiración que decidió a el mismo árbol todos los días, a la misma hora que salió el joven.

Y así fue. Hasta tal punto que se acostumbraron el uno al otro. Pero siempre ocurría algo que hacía espantar al pobre animal. El claxon de un coche, alguna motocicleta que pasase cerca, el mismo perro u otro… Cuando esto ocurría, tanto el joven como el pequeño ave, quedaban vacíos. No obstante la brevedad de estos encuentros hacía que las ganas del siguiente fuesen mayores.

Un día, el joven, cansado de no poder oírlo siempre que quisiera hizo un pacto con el ave. Aunque le enjaularía, le protegería, le alimentaría, le daría calor en invierno y sombra en verano, y, sobre todo, escucharía siempre encantado su hermoso canto. El jilguero aceptó de buen grado el trato, ya que sentía afecto por el joven y por su admiración hacia su canto.

Todo transcurrió de esa forma. El joven se sentaba durante las mañanas y las tardes de verano a escucharlo cantar y el jilguero, orgulloso, cantaba para su público. Posteriormente terminó el verano y el joven tuvo que incorporarse a las clases, por lo que ya solo podía escucharle cantar de tarde.

Según fue avanzando el tiempo, el joven se comenzó a dedicar aun más a los estudios y el tiempo que tenía libre lo dedicaba a ver la televisión, alguna película, jugar a algún videojuego o salir a la calle. El canto por el que antes tanta admiración tenía se fue consumiendo y eclipsando. ¿Quién sabe los motivos? La cuestión es que nuestro pequeño protagonista seguía cantando igualmente tanto de mañana como de tarde, con público o no, pues era su naturaleza. Cuando notaba cercana la presencia del joven insistía aun más en intentar dar una forma realmente maravillosa a la musicalidad de sus trinos, con el fin de intentar volver a robarle la atención que un día le prestó.

El invierno se acercó y el joven, tal como le prometió, le dio cobijo dentro de su casa, pero seguía olvidándose del motivo principal que hizo que el pequeño jilguero aceptase el trato: la especial entrega y trato hacia su canto.

Un día el jilguero decidió cantar como nunca había cantado antes, dejarse enteramente en la labor que tan especial le hacía. Pero como siempre, no hubo especial atención. Después de aquel día, el pequeño ave no volvió a cantar más y se percató de que el joven ni siquiera se había dado cuenta.  Fue así como una fría noche el ave dejó escapar una lágrima, cerró los ojos y murió de frío, de frío del alma.

jueves, 8 de marzo de 2012

Breves confesiones y una declaración

Vida mía,
mi ángel,
el aliento más dulce
que jamás reposó en mi boca.
Tú,
habitas en mi alma,
la abrazas y la abrasas
con tus caricias y tus “te quiero”.
Tú,
me haces estremecer
con cada mirada, con cada beso.
me haces enmudecer,
mi corazón se acelera,
con cada roce de tu piel.
Tú,
a quien mi vida está anclada;
tú,
a quien rendí y ofrecí mi alma;
tú,
a quien me entrego enteramente;
Tú y yo,
aventurémonos a ser eternamente:
los labios de una misma sonrisa,
las lágrimas de un mismo mar,
seamos: yo para ti, y tú para mí,
en eso residiría mi completa felicidad,
solo en eso, no quiero más.



Y cada día te quiero un poco más, y cada día te llevo más dentro de mí... Rezo porque siempre sea así.

domingo, 26 de febrero de 2012

Recuerdos de bachiller

Ayer por la noche, estuve compartiendo un agradable rato en un bar con mi buen amigo Rafa y su novia, Laura. Siempre es genial poder hablar con ellos, ya que siempre aprendes algo interesante. La cuestión es que estaba recordando con Rafa algunas de nuestras batallitas durante bachiller, y recordamos a nuestra profesora de filosofía, Concha. Con ella vinieron ciertos recuerdos, y de una cosa en otra, acabamos intentando recordar una pregunta que siempre caía en sus exámenes todos los años. Estuvimos intentando hacer memoria para recordar el texto completo, pero si no hubiese sido por la ayuda de el iPhone de Laura, aun seguiríamos intentando recordar. Este texto pertenece al argumento ontológico de San Anselmo... Aun recuerdo lo que tuve que pasar para memorizarlo y para comprenderlo. En fin, aquí os dejo un legado de mi bachiller.

*     *     *

[...]El insensato debe convencerse, pues, de que existe, al menos en el entendimiento, algo mayor que lo cual nada puede pensarse, porque cuando oye esto, lo entiende, y lo que se entiende existe en el entendimiento. Y, en verdad, aquello mayor que lo que nada puede pensarse, no puede existir sólo en el entendimiento. Pues si sólo existe en el entendimiento puede pensarse algo que exista también en la realidad, lo cual es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede pensarse, existe sólo en el entendimiento, aquello mayor que lo cual nada puede pensarse es lo mismo que aquello mayor que lo cual puede pensarse algo. Pero esto ciertamente no puede ser. Existe, por tanto, fuera de toda duda, algo mayor que lo cual nada puede pensarse, tanto en el entendimiento como en la realidad.

*     *     *

¿Qué quiere decir todo esto? Este texto, en resumidas cuentas, viene a demostrar la existencia de Dios. 

Bueno, ahí os lo dejo para que lo interioricéis... Aunque antes necesitaréis entenderlo. JAJAJA Te idolatramos, Concha.

miércoles, 22 de febrero de 2012

He vuelto

Antes que nada, quisiera pedir a todos los que seguís mi blog por el largo periodo de ausencia (desde agosto sin aparecer por aquí).

El motivo es lógico. Me he visto saturado por los estudios y decidí dedicarme enteramente a ellos, dejando a un lado temporalmente otras cosas. Pido perdón a todos los que pensabais que había perecido en acto de servicio en la guerra de Vietnam. También me alegra comunicaros que mi ausencia ha cumplido con su cometido y me ha ido muy bien en esta convocatoria de exámenes pasada. Ya estoy un poco más cerca de cumplir mi sueño académico.

Bueno, espero ir pronto dejando por aquí más cositas de las mías. Un abrazo a todos.